Guía para padres primerizos

Guía para padres primerizos

padres primerizos

 

La vida ha cambiado mucho desde que la llegada de su bebé, y es probable que usted tenga muchas preguntas sobre cómo debería cuidar de su hijo. Estos consejos pueden ayudar a padres primerizos que estén nerviosos a sentirse más seguros de sí mismos en la tarea de cuidar de sus recién nacidos.

Busque ayuda al volver a casa después de que nazca su hijo

Una parte importante de cuidar de un recién nacido también consiste en saber cuidar de sí mismo. Considere la posibilidad de recibir ayuda durante esta etapa, que lo más probable es que usted sienta como caótica y llena de nuevas demandas.

Los parientes y los amigos suelen querer ayudar. Aunque puede no estar de acuerdo con ellos en algunas cosas, no desprecie la experiencia de sus allegados. Es sensato que usted pregunte a cualquier persona que le vaya a ayudar a cuidar de su bebé si lleva actualizado su calendario vacunal y si se encuentra bien.

Pero si no tiene ganas de recibir visitas o tiene otro tipo de preocupaciones, no se sienta culpable por el hecho de limitar las visitas.

Cómo manipular a un recién nacido

Si no ha pasado mucho tiempo cerca de recién nacidos, la fragilidad de su hijo puede intimidarle. Aquí encontrará algunos aspectos básicos a tener en cuenta:

  • Lávate las manos (o use gel antiséptico para manos) antes de tocar o manipular a su bebé. Los recién nacidos todavía no tienen un si sistema inmunitario fuerte, por lo que tienen un mayor riesgo de contraer infecciones. Asegúrese de que todas las personas que vayan a tocar o a llevar en brazos a su bebé tengan las manos limpias.
  • Sostenga la cabeza y el cuello del bebé. Cuando lleve en brazos o acueste a su recién nacido, sosténgale bien la cabeza.
  • No sacuda nunca a su recién nacido, sea en un contexto de juego o de frustración. Las sacudidas pueden causar hemorragias cerebrales e, incluso, la muerte a los bebés. Si necesita despertar al bebé, no lo sacuda; limítese a acariciarlo, hacerle cosquillas en los pies o a soplarle en la mejilla.
  • Asegúrese de atar bien las cintas de seguridad del carrito, sillita a silla de seguridad para el coche cuando coloque dentro a su bebé. Evite las actividades bruscas o las asociadas a saltos.
  • Recuerde que su recién nacido no está preparado para los juegos bruscos, como hacerlo saltar sobre sus rodillas o lanzarlo al aire.

La creación del vinculo y como tranquilizar al bebé

Establecer un vínculo de apego es probable que sea la parte más agradable de cuidar de un bebé. Ocurre durante el momento de mayor sensibilidad, ubicado en las primeras horas y días posteriores al parto, momento en que los padres establecen una profunda conexión con su bebé. La proximidad física parece facilitar esta conexión emocional.

En los bebés, este apego favorece su crecimiento emocional, lo que afecta a su desarrollo en otras áreas, como el crecimiento físico. Otra forma de pensar en la formación de este vínculo afectivo consiste en considerarlo como un «enamorarse del bebé». Los niños se desarrollan bien cuando tienen un padre u otro adulto en su vida que los ama incondicionalmente.

Empiece a crear lazos afectivos con su bebé acunándolo y acariciándolo suavemente. Tanto usted como su pareja pueden establecer contacto «piel a piel» con su bebé mientras lo acunan o lo alimentan.

Los bebés, sobre todo los prematuros y los que tienen problemas médicos, pueden responder de forma positiva al masaje infantil. Algunos tipos de masajes pueden mejorar la creación de este vínculo afectivo y ayudar al crecimiento y al desarrollo del bebé. Existen muchos libros y vídeos sobre masajes para bebés; pídale a su médico que le recomiende algunos. De todos modos, tenga cuidado, porque los bebés no son tan resistentes como los adultos; o sea que masajee a su bebé con delicadeza.

A los bebés les suelen gustar el sonido de la voz, que les hablen, les canten o les lean. Lo más probable es que a su bebé también le guste escuchar música. Los sonajeros y los móviles musicales son otras buenas formas de estimular el oído de su bebé. Si su pequeño está inquieto, trate de cantarle, recitarle un poema o una canción infantil, o leerle en voz alta mientras lo acuna o lo mece suavemente.

Algunos bebés son más sensibles que otros al tacto, la luz o los sonidos, y es posible que se asusten o lloren con facilidad, duerman menos de lo esperable o aparten la cara cuando alguien les hable o les cante. Si le ocurre esto a su bebé, reduzca el ruido y las luces de su alrededor a niveles de bajos a moderados.

Hacer un arrullo, es decir, envolver al bebé en una manta de tal modo que le quede bien apretada, es otra técnica que se usa para tranquilizar a los bebés, y resulta muy útil para algunos bebés durante las primeras semanas de vida. Los arrullos sirven para mantener los brazos del bebé cerca de su cuerpo mientras que se le permite mover un poco las piernas. No solo sirven para mantenerlo bien abrigado, sino que parecen dar al recién nacido una sensación de seguridad y comodidad. También pueden servir para limitar el reflejo de sobresalto, que hasta puede llegar a despertar a los bebés.

He aquí cómo hacer un arrullo:

  • Extienda la manta del bebé, con una esquina superior ligeramente doblada.
  • Coloque al bebé boca arriba sobre la manta con la cabeza por encima de la esquina doblada.
  • Envuelva la esquina izquierda sobre el cuerpo del bebé y métala debajo de la espalda de este, justo por debajo del brazo derecho.
  • Lleve la esquina inferior hacia arriba, sobre los pies del bebé y dóblela hacia la cabeza. Si la manta se acerca demasiado a la cara del bebé, dóblela un poco hacia abajo. Asegúrese de no envolver la manta con demasiada fuerza alrededor de las caderas del bebé. Las caderas y las rodillas deben estar ligeramente flexionadas y orientadas hacia fuera. Si envolviera al bebé con demasiada fuerza, de tal modo que la manta le quedara muy apretada, podría aumentar las probabilidades de que desarrollara una DISPLACIA DE CADERA
  • Envuelva la esquina derecha alrededor del bebé y colóquela debajo de su espalda por el lado izquierdo, dejando solo el cuello y la cabeza expuestos. Para asegurarse de que el arrullo no le va demasiado apretado a su bebé, compruebe si le puede meter la mano entre la manta y el pecho, lo que le permitirá respirar sin problemas. Pero asegúrese de que la manta no le queda demasiado suelta para que no se la pueda quitar.
  • No se deben hacer arrullos a aquellos bebés que ya sepan darse la vuelta o girar sobre sí mismos mientras están acostados. Ni tampoco a bebés que tengan o superen los dos meses de edad. A partir de esa edad, algunos bebés ya saben darse vuelta mientras están acostados, lo que puede aumentar el riesgo del Síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL)

Todo sobre los pañales

Independientemente de que escoja pañales desechables o de tela, su pequeño ensuciará los pañales unas 10 veces al día, aproximadamente 70 veces por semana.

Antes de cambiarle el pañal asu bebé asegúrese de tener todo lo que necesita a su alcance. Necesitará lo siguiente:

  • un pañal limpio
  • pinzas o alfileres de seguridad (si usa pañales de tela)
  • pomada para la zona del pañal
  • toallitas para bebés (o un recipiente con agua tibia y un paño o bolas de algodón)

Después de que su bebé vaya de vientre o si su pañal está mojado, coloque a su bebé acostado boca arriba y quítele el pañal sucio. Use agua, bolas de algodón o un paño, o bien toallitas para limpiar suavemente la zona genital del bebé. Cuando le quite el pañal a su hijo, proceda con cuidado, porque la exposición al aire lo podría hacer orinar. Si se trata de una niña, límpiele la zona genital de delante hacia atrás, para evitar posibles infecciones de tracto urinario . Para prevenir o curar posibles erupciones, aplíquele pomada. Recuerde lavarse siempre las manos después de cambiar un pañal.

La dermatitis del pañal cx.es una afección que preocupa a muchos padres. Por lo general, este tipo de dermatitis es una erupción de color rojo y con bultos, que desaparece al cabo de pocos días con baños tibios, un poco de crema y un poco de tiempo al aire y sin llevar pañal. La mayoría de las erupciones ocurren porque la piel del bebé es sensible y se irrita debido a que los pañales están húmedos o sucios.

Para prevenir o curar la dermatitis del pañal, siga los siguientes consejos:

  • Cambie con frecuencia el pañal de su bebé y lo antes posible después de que vaya de vientre.
  • Limpie suavemente la zona del pañal con agua y jabón suave (a veces, las toallitas pueden causar irritación), séquele bien la piel y después aplique una capa bien gruesa de crema para que haga de barrera. Es conveniente usar cremas con óxido de zinc porque forman una barrera contra la humedad.
  • Si usa pañales de tela, lávelos con un detergente sin fragancia ni colorantes.
  • Deje que el bebé esté sin pañal durante una parte del día. Esto le dará a la piel la oportunidad de ventilarse.

Si la dermatitis del pañal continúa durante más de tres días o parece estar empeorando, llame al médico. Se podría deber a una infección por hongos, que requiere tratarla con un medicamento de venta con receta médica.

Aspectos básicos del baño

Debe dar a su bebé baños de esponja hasta que ocurra lo siguiente:

  • se le caiga el muñón del cordón umbilical y el ombligo se cure por completo (1-4 semanas)
  • se le cure la circuncisión (1-2 semanas)

Durante el primer año, basta con bañar al bebé entre dos y tres veces por semana. Los baños más frecuentes pueden provocar sequedad en la piel.

Tenga todos estos artículos preparados antes de bañar a su bebé:

  • un paño o toallita suaves y limpios
  • jabón y champú suaves para bebés y sin fragancia
  • un cepillo blando para estimular el cuero cabelludo del bebé
  • toallas o mantas
  • un pañal limpio
  • ropa limpia

Baños de esponja. Para darle un baño de esponja a su bebé, busque una superficie plana y segura (como el cambiador, el suelo o una encimera) dentro de en una habitación cálida. Llene el lavabo, si hay uno cerca, o bien un recipiente con agua tibia (no caliente). Desvista a su bebé y envuélvalo en una toalla. Límpiele los ojos con un paño (o una bolita de algodón limpia) mojado solo en agua, empezando por un ojo y limpiándoselo desde la comisura interna hacia la externa. Use un extremo limpio del paño u otra bolita de algodón para lavarle el otro ojo. Limpie la nariz y las orejas del bebé con un paño húmedo. Después, vuelva a humedecer el paño y añada un poco de jabón, lávele la cara suavemente y séquesela con una toalla sin frotarle la piel.

A continuación, con un champú para bebé, haga espuma y lave suavemente la cabeza del bebé. Luego enjuáguela.   Con jabón y un paño húmedo, lave suavemente el resto del cuerpo de su bebé, prestando especial atención a los pliegues que se forman debajo de los brazos, detrás de las orejas, alrededor del cuello y en la zona genital. Una vez que haya lavado esas zonas, asegúrese de que están bien secas. Después, póngale el pañal y vista al bebé.

Baños en la bañera. Cuando su bebé esté preparado para bañarse en la bañera, los primeros baños deberán ser breves y se deberán hacer con suavidad. Si el bebé se altera, vuelva a darle baños de esponja durante una o dos semanas, y luego vuelva a intentar bañarlo en una bañera.

Aparte de los elementos mencionados más atrás, también necesitará lo siguiente:

  • una bañera para bebés con 2 a 3 pulgadas (5 a 7 cm) de agua tibia (¡no caliente!). Para comprobar la temperatura del agua, tóquela con la parte interna del codo o la muñeca. Las bañeras para bebés son de plástico y se pueden colocar dentro de bañeras ordinarias; este tamaño es el mejor para los bebés y facilita el baño.

En una habitación cálida, desvista al bebé y colóquelo inmediatamente entro del agua para evitar que pase frío. Asegúrese de que en la bañera no cubra más de 2 a 3 pulgadas (5 a 7 cm) y de que no siga entrando más agua en la bañera. Use una mano para sujetar la cabeza del bebé y la otra para hacer que entren primero los pies del bebé dentro del agua. Háblele suavemente y coloque lentamente al bebé dentro de la bañera hasta que el agua le llegue hasta el pecho.

Use un paño o toallita para lavarle la cara y el cabello. Masajee suavemente el cuero cabelludo del bebé con las yemas de los dedos o con un cepillo blando para bebés, incluyendo la zona de las fontanelas de la parte superior de la cabeza. Cuando le enjuague el jabón o el champú de la cabeza, ahueque una mano sobre la frente del bebé para que el jabón vaya hacia ambos lados y no le entre en los ojos. Lave con delicadeza el resto del cuerpo del bebé, usando agua y una pequeña cantidad de jabón.

A lo largo del baño, vaya vertiendo agua regularmente sobre el cuerpo del bebé para que no tenga frío. Después del baño, envuelva inmediatamente al bebé en una toalla y asegúrese de cubrirle también la cabeza. Las toallas con capucha para bebés son ideales para mantener abrigados a los bebés recién bañados.

Nunca deje solo a su bebé mientras lo esté bañando. Si necesitara salir del baño, envuelva a su bebé en una toalla y lléveselo con usted.

Cuidado del cordón umbilical y la concisión

Después de la circuncisión, la punta del pene suele estar cubierta por una gasa impregnada de vaselina para evitar que la herida se pegue al pañal. Limpie suavemente la punta del pene de su bebé con agua tibia después de cambiarle el pañal. A continuación, aplique vaselina sobre ella para que no se le pegue al pañal. El enrojecimiento o la irritación del pene se debería curar en unos pocos días. Si el enrojecimiento empeorara, hubiera más inflamación o se formaran ampollas llenas de pus, podrían ser signos de una infección y debería llamar al médico de su bebé de inmediato.

El cuidado del muñón del cordón umbilical en los recién nacidos también es importante. Limpie con agua esa zona y séquela bien hasta que se seque y se caiga, lo que suele ocurrir al cabo de 10 días a 3 semanas.

La zona del ombligo del bebé no se debe sumergir en agua hasta que se caiga el muñón del cordón umbilical y la herida se haya curado por completo. Hasta que se caiga, el muñón del cordón cambiará de color y pasará de amarillo a marrón o negro, lo que es completamente normal. Llame al médico si la zona del ombligo se ve roja, desprende un olor desagradable o supura.

Alimentación y hacer eructar a tu bebé

Independientemente de que alimenta a su bebé amantándolo o con biberón es posible que se pregunte con qué frecuencia debe hacerlo. Por lo general, se recomienda alimentar a los bebés a demanda; es decir, cada vez que parezcan tener hambre. Tal vez su bebé se lo haga saber llorando, llevándose los dedos a la boca o haciendo sonidos de succión.

Los bebés recién nacidos necesitan alimentarse cada 2-3 horas. Si amamanta a su bebé, dele la posibilidad de mamar entre 10-15 minutos de cada pecho. Si lo alimenta con leche de fórmula, lo más probable es que su bebé esté tomando 2-3 onzas (60-90 mi) en cada toma.

Es posible que sea necesario despertar a algunos recién nacidos cada poca hora para asegurarse de que comen lo suficiente. Si necesita despertar con frecuencia a su recién nacido o si él no parece interesado en comer o succionar, llame al médico.

Si alimenta a su bebé con leche de fórmula, podrá saber fácilmente si está comiendo lo suficiente. Pero si lo está amamantando, puede ser más complicado saberlo. Si su bebé parece estar satisfecho, moja aproximadamente seis pañales y va de vientre varias veces al día, duerme bien y aumenta regularmente de peso, lo más probable que esté comiendo lo suficiente.

Otra buena manera de saber si su bebé está mamando bien e ingiriendo leche consiste en fijarse en si nota llenos los pechos antes de alimentar al bebé y no tanto después de que mame su bebé. Hable con el médico si le preocupa el crecimiento de su hijo o sus hábitos alimentarios.

Los bebés suelen tragar aire mientras se alimentan y esto puede hacer que estén incómodos o molestos. Para ayudar a prevenir este problema, haga eructar a su bebé a menudo. Intente hacerlo eructar cada 2-3 onzas (60-90 ml) de leche si le da el biberón o cada vez que lo cambie de pecho si lo amamanta.

Si su bebé es proclive a tener gases, tiene reflujo gastroesofágico o parece inquieto mientras lo alimenta, intente hacerlo eructar después de cada onza (30 ml) de leche si le da el biberón o cada cinco minutos si lo amamanta.

Pruebe estos consejos para hacerlo eructar:

  • Sostenga al bebé bien erguido, con la cabeza apoyada sobre su hombro. Sostenga la cabeza y la espalda del bebé con una mano y dele palmaditas suaves en la espalda con la otra.
  • Siente al bebé en su regazo. Sostenga el pecho y la cabeza del bebé con una mano, apoyando la barbilla del pequeño en la palma, de modo que el extremo inferior de la palma esté en contacto con el pecho del bebé (tenga cuidado en agarrarlo de la barbilla, en vez de por la garganta). Con la otra mano, dele palmaditas suaves en la espalda.
  • Acueste al bebé boca abajo en su regazo. Sostenga la cabeza del bebé, asegurándose de que esté más elevada que su pecho, y dele palmaditas en la espalda o frótesela.

Si el bebé no eructa al cabo de pocos minutos, cámbielo de postura e intente hacerlo eructar durante unos pocos minutos más antes de volverlo a alimentar. Cada vez que deje de alimentar a su bebé, hágalo eructar. Después, manténgalo erguido durante por lo menos 10-15 minutos para evitar que regurgite

Aspectos básicos sobre el sueño de los recién nacidos

En calidad de padre primerizo, es posible le sorprenda saber que los recién nacidos, que parecen necesitarlo cada minuto del día, en realidad ¡Duermen unas 16 horas o más cada día!

Los recién nacidos suelen dormir durante períodos de 2-4 horas. No espere que el suyo duerma durante toda la noche. El sistema digestivo de los bebés es tan pequeño que necesitan que los alimenten cada poca hora, y será necesario despertarlos si no han recibido alimento durante 4 horas seguidas (o más a menudo si al médico le preocupa que no estén aumentando de peso).

¿Cuándo puede esperar que su bebé duerma toda la noche de un tirón? Muchos bebés duermen toda la noche (entre 6-8 horas) a los tres meses de edad. Pero, si el suyo no lo hace, no tiene por qué preocuparse. Al igual que los adultos, los bebés deben desarrollar sus propios patrones y ciclos de sueño. Por eso, si su recién nacido aumenta de peso y parece estar sano, no se desespere porque no duerme toda la noche de un tirón cuando tenga 3 meses de edad.

Es importante que siempre acueste al bebé boca arriba para dormir a fin de reducir el riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). Otras prácticas de seguridad para que duerma un recién nacido son las siguientes:

  • no usar mantas, edredones, colchas, peluches ni almohadas en la cuna o el moisés del bebé (porque podrían hacer que el bebé se asfixiara)
  • que los padres compartan la habitación con el bebé (pero no la cama) durante los primeros seis a doce meses de la vida del pequeño

Además, asegúrese de cambiar la posición de la cabeza del bebé de una noche a otra (primero a la derecha y luego a la izquierda) para prevenir el desarrollo de una parte plana en uno de los lados de la cabeza.

Muchos recién nacidos tienen el día y la noche «intercambiados». Tienden a estar más despiertos y alerta durante la noche y más somnolientos durante el día. Una manera de ayudarlos consiste en reducir al mínimo la estimulación durante la noche. Mantenga la iluminación muy baja, por ejemplo, usando una lamparita de noche. Resérvense los juegos y las charlas con el bebé para las horas de vigilia. Cuando su bebé se despierte durante el día, trate mantenerlo despierto un rato más hablándole y jugando con él.

Aunque lo más probable es que tener que cuidar de un recién nacido le ponga un poco nervioso, al cabo de pocas semanas ya habrá desarrollado una rutina y se habrá convertido en todo un experto. Si tiene alguna duda o hay algo que le preocupa sobre su bebé, hable con su médico. Este profesional le puede recomendar recursos para ayudarlos, a usted y a su bebé, a crecer juntos.

 

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